Como
cualquier otro sistema de bienestar integral, el yoga posee reglas dietéticas
más o menos específicas. La mayor parte de la sabiduría dietética del yoga ha
sido transmitida oralmente. Sin embargo, algunas reglas generales, y también
determinadas instrucciones específicas se hallan en las diversas escrituras
védicas. La razón por la que, desde la antigüedad, los yoguis prestaron tanta
atención a la dieta viene expresada en pocas palabras en el Chandogya-Upanishad
(VI.5.4), que afirma que la mente está “compuesta de comida” (en sánscrito anna-maya). Según estas enseñanzas, la
parte más burda de la comida se elimina a través del tracto digestivo, la menos
burda es la que sustenta el cuerpo, y la más sutil se convierte en mente (es
decir, nutre el sistema nervioso y el proceso cerebral). La mente sustentada
por la comida se conoce como mente inferior o manas. La mente superior, o buddhi,
templo o fuente de sabiduría, no está compuesta de comida.
En los últimos
tiempos, todas estas nociones se han expresado en un dicho popular hindú:
“según lo que uno coma, así será su mente” (yatha
annam tatha manah).
Cada vez se
considera más la nutrición como un factor importante para el mantenimiento de
la salud. Los practicantes del Ayurveda, sistema originario de la India para el
mantenimiento de la salud, pudieron comprobarlo hace ya mucho tiempo. Su
sabiduría se extendió al yoga, y el yoga, a su vez, influyó en el Ayurveda. El
principal propósito de la dieta yoguica no es sólo el de mantener o restablecer
la salud física, sino mantener el medio interior, la mente, libre de impurezas.
En la Bhagavad-gita, escrita hace casi cinco mil años, encontramos la siguiente
triple clasificación de alimentos:
Las comidas que les gustan a aquellos que están en el plano de la modalidad de la bondad [naturaleza satvica], aumentan la duración de la vida, purifican la existencia de uno, y dan fuerza, salud, felicidad y satisfacción. Esas comidas son jugosas, grasosas, sanas y agradables al corazón.Las comidas que son demasiado amargas, demasiado agrias, saladas, calientes, picantes, secas y que queman, les gustan a aquellos que están en el plano de la modalidad de la pasión [naturaleza rajasica]. Esas comidas causan aflicción, sufrimiento y enfermedades.La comida que se prepara más de tres horas antes de ser ingerida, la comida desabrida, descompuesta y podrida, y la comida hecha de sobras y cosas impuras, les gustan a aquellos que están el plano de la modalidad de la oscuridad [naturaleza tamasica] (XVII.8-10).
Más tarde
numerosos maestros espirituales y sus respectivas escuelas filosóficas se
adhirieron también a esta triple división de alimentos relacionada con las tres
cualidades de la naturaleza: sattva
(bondad), rajas (pasión) y tamas (ignorancia). De vez en cuando,
las escrituras son más específicas, y mencionan plantas en particular y otros
alimentos apropiados o inadecuados para el yogui. Por ejemplo en el
Hatha-Yoga-Pradipika (uno de los principales textos yoguicos), el alcohol, el
pescado, la carne, y el ajo se enumeran como alimentos poco saludables y que
aumentan la ignorancia en quien las ingiere. En cambio se recomienda el trigo,
el arroz, la cebada, las hierbas aromáticas, las leguminosas verdes, la
mantequilla, el azúcar moreno, la miel, la leche y el ghi (mantequilla
clarificada). Podríamos citar numerosas otras escrituras védicas y
especialmente relacionadas con el yoga donde se pone un especial énfasis en la
necesidad de comer en la modalidad de la bondad (dieta lacto-vegetariana o vegana). Además
se menciona que se debe de comer con moderación y advierten que comer en exceso
ocasiona todo tipo de enfermedades y obstaculiza el logro final del yoga.
Sin
embargo, la amplia gama de normas dietéticas que los textos de yoga ofrecen son
validas, pero también es cierto que la dieta debe adaptarse a las necesidades
del individuo. Por ello es recomendable experimentar con la propia nutrición y
aprender a escuchar la sabiduría del cuerpo.
La dieta Yoguica
Al igual que la mayoría de hindúes, los yoguis son
típicamente lacto-vegetarianos, y equilibran el consumo de fruta, verdura,
cereales y frutos secos con leche y productos lácteos.
La razón
del vegetarianismo hindú y budista en su mayor parte filosófica y ética, aunque
también se tenga en cuenta la salud. Los hindúes y budistas, al igual que los
sinceros practicantes occidentales de yoga, observan el principio ético de no
matar (ahimsa) y, en consecuencia,
detestan hacerlo para alimentarse.
Mahatma
Gandhi, un karma-yogui ejemplar dejó claro que, a menos que sintamos una
natural inclinación por una dieta vegetariana, debemos cultivar una firme
convicción moral. Lo expresó en lo siguientes términos:
Ser incondicional del vegetarianismo requiere una base moral… Porque va vinculado al desarrollo del espíritu y no al del cuerpo. El ser humano es algo más que carne. Es su espíritu lo que nos importa. Por lo tanto, el vegetarianismo debe partir de la base moral: que el ser humano no nació para ser un animal carnívoro, sino para alimentarse de los frutos y plantas que la tierra produce. (De su biografía Harijan)
El sincero
practicante de yoga debe mantener el equilibrio entre su experiencia personal y
la guía adecuada de un maestro cualificado, podrá descubrir qué clase de
alimentos son los indicados para su constitución y a la vez cuáles estimulan el
elemento satvico que favorece el bienestar
físico, emocional y espiritual.
Para el
yoga, el acto de comer exige participar de forma consciente en el proceso de
nutrir nuestro cuerpo, para que de ese modo alimente, al mismo tiempo, nuestro
ser interior. Podemos comer una deliciosa comida vegetariana, con todo el valor
nutritivo de la naturaleza, pero si la comemos distraídos e indiferentes, quizá
mientras miramos la televisión, perdemos la oportunidad de realizar la práctica
yóguica que cada comida nos ofrece.
El yoga es
mucho más que ejercicios físicos, es una forma de vida una antiquísima y
completa filosofía que incluye control de la respiración, concentración,
interiorización, meditación, relajación y por supuesto nutrición y por todo lo
anterior comentado esta debe de ser vegetariana.
Los grandes
maestros del yoga son vegetarianos y si no piden de forma explicita si aconsejan a sus estudiantes que sigan una
dieta vegetariana. Entre otros citamos a Prabhupada, Krishnamacharya,
Shivananda Swami, Vishnudevananda, Indra Devi y los que todavía están presentes
en este mundo: BKS Iyengar y Desikachar. Así como sus millones de seguidores en
todo el mundo.
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